Autora: Vanessa Arraña (@alergiasalamesa)
En este artículo desgranaremos la relación que existe entre la temperatura corporal y la digestión, facilitaremos claves para mejorar el estreñimiento y herramientas de Fuca que ayudarán a restablecer el tránsito intestinal.
¿Has notado que con la bajada de temperaturas tus digestiones se han ralentizado y vas al baño con menos frecuencia?
El estreñimiento se puede manifestar de muchas formas y por múltiples causas, pero siempre hay un factor común, que la digestión se ve comprometida. Por lo tanto, se ralentiza la formación del bolo fecal y su paso por el intestino, y se retrasa la llegada de nutrientes a las células de nuestro organismo para obtener energía y realizar sus funciones fisiológicas.
¿Cómo afecta el frío al sistema digestivo?
Seguro que te has percatado alguna vez de una ligera sensación de frío en las extremidades después de ingerir alimentos. Esto se debe a que durante la digestión de los nutrientes se utiliza energía y, en este proceso, se libera calor como subproducto, de manera que el sistema circulatorio desvía sangre al sistema digestivo para poder absorber los nutrientes. Por tanto, al desviarse la sangre al sistema digestivo, habrá zonas del cuerpo que reduzcan su flujo sanguíneo y podemos experimentar sensación de frío en ellas. A este mecanismo se le conoce como termorregulación.
De igual manera, cuando el cuerpo percibe frío, el hipotálamo recoge la información y actúa como termostato, organizando los recursos del organismo para mantener la temperatura corporal, especialmente en los órganos vitales (cerebro, corazón y pulmones).
Esto se traduce en vasoconstricción periférica, es decir, los vasos sanguíneos de la piel, las extremidades y órganos no esenciales (como el estómago o el intestino) se contraen. Así se estrecha la vía que transporta la sangre hacia el sistema digestivo y, por ende, se reduce el flujo sanguíneo y la actividad funcional del sistema digestivo. Como consecuencia, se ralentiza la digestión.
Como ejemplo de ello, sabemos que el estómago necesita de una buena irrigación sanguínea para segregar jugos gástricos, activar enzimas y dar lugar a los movimientos peristálticos. Entonces, en una situación en la que le llega menos sangre, todo el proceso se ralentiza.
A esto se suma que, en respuesta a la sensación de frío, se activa el sistema nervioso simpático, que inhibe la motilidad intestinal y ralentiza la digestión, pudiendo provocar una mayor sensación de pesadez. A su vez, esta situación interfiere en la producción de ácido clorhídrico en el estómago (necesario para descomponer las proteínas), bilis y enzimas pancreáticas (imprescindibles para digerir carbohidratos y grasas).
Otros factores que pueden aumentar el estreñimiento
Por lo general, con la llegada de las bajas temperaturas o los días de lluvia cambiamos ciertos hábitos en nuestra rutina que pueden alterar nuestras digestiones y provocar una situación de estreñimiento puntual o aguda. A continuación, se mencionan algunos ejemplos.
- Incremento de cortisol
El cortisol es una hormona que se produce durante el día y aumenta en respuesta al estrés (tanto físico, como emocional). Durante las estaciones de otoño e inviernos en las que se reducen considerablemente las horas de luz, también deberíamos reducir las horas en las que estamos despiertos para respetar los ritmos naturales del organismo. Pero, en su lugar, nos exponemos más horas a la luz azul, lo que suprime la producción de melatonina, la hormona del sueño, y puede provocar desajustes en el ciclo de sueño. En presencia de cortisol elevado, el sistema nervioso simpático se activa para ponerse en modo “lucha o huida”, lo que dificulta que la digestión se lleve a cabo correctamente.
- Modificaciones en la alimentación
Con la llegada del frío, de manera adaptativa, aumenta el hambre como respuesta del organismo para conseguir más energía, generar calor y regular la temperatura central.
Ante esta necesidad de obtener energía rápida, el cuerpo busca alimentos energéticos, más calóricos, con mayor contenido de grasa y carbohidratos. Conocer este dato puede ayudarnos a comprender que nuestro organismo no necesita consumir ultraprocesados (bajos en fibra y altos en sodio, azúcares añadidos, grasas y aditivos) que pueden ralentizar el tránsito, sino comidas equilibradas, ricas en nutrientes, altas en fibra y a poder ser calientes.
- Menor actividad física
El clima frío y la disminución de horas de luz aumentan la tendencia a refugiarse en espacios cálidos (casa, restaurantes, centros comerciales) y priorizar los planes de descanso y relajación frente a los paseos o rutas en la naturaleza. Esta situación de falta de actividad física repercute negativamente en el sistema digestivo, dado que el movimiento nos ayuda a estimular el tránsito intestinal y favorecer el avance del bolo alimenticio a lo largo del tubo digestivo.
¿Cómo controlar el estreñimiento en invierno?
En vista de todo lo mencionado anteriormente, aunque hay factores fisiológicos implicados en los que difícilmente podremos interferir, sí que existen recursos que podemos poner en práctica para mejorar el tránsito intestinal y tener una buena digestión.
- Laxantes naturales: para aquellos casos en los que se quiera aliviar un estreñimiento ocasional, los comprimidos de Fave de Fuca con ingredientes de origen natural (frángula, cáscara sagrada, fucus) pueden aliviar las molestias en las siguientes 6-12 horas desde su administración.
- Seguir una alimentación rica en fibra: es fundamental para aumentar el volumen del bolo alimenticio y facilitar su desplazamiento por el intestino. Se recomienda tomar cereales integrales, frutas y verduras frescas, frutos secos, psyllium husk, legumbres y semillas (especialmente el lino y la chía).
- Mantener una correcta hidratación para mantener el equilibrio hídrico: puedes optar por infusiones o bebidas calientes que además nos ayuden a regular la temperatura corporal. Por ejemplo, la infusión de jengibre fresco y raíz de malvavisco es una gran herramienta para mejorar las digestiones y reparar mucosas.
- Practicar deporte: el movimiento es crucial para un correcto tránsito intestinal, por tanto, ya sea al aire libre o a cubierto, hay que buscar la manera de moverse en la rutina.
En definitiva, el frío puede influir en la digestión y favorecer el estreñimiento puntual, pero mantener hábitos saludables y el apoyo de soluciones naturales como las de Fuca, puede ayudarte a mantener un tránsito intestinal equilibrado durante todo el invierno.
